SemanaRAF 43 – 2010

TIPOS DE CONVERSACIONES

[tiempo estimado de lectura 04:15]

Vamos por la vida y pasan infinitud de cosas a nuestro alrededor; tenemos contacto con inumerables cosas a través de nuestros sentidos [nos pasan en lo que llamamos TRANSPARENCIA]. Así tenemos contacto con nuestro calzado y no lo sentimos; vamos con nuestro auto por la autopista escuchando música y nos pasan otros autos por el costado, carteles, el paisaje, etc…

De pronto, un choque en la autopista detiene el tránsito; me bajo del auto y siento una piedrita en el zapato. Algunas cosas cambiaron su estado. Se produjeron hechos que a mi hijo que está sentado en el asiento trasero, jugando con su aparatito electrónico y que no tiene apuro en llegar al jardín de infantes no lo afectan en lo más mínimo… Y a mí sí.

Yo estoy frente a lo que juzgo como un QUIEBRE. Algo que me hace salir de la transparencia. Algo que no está como yo esperaba que esté; algo que no está como yo quiero que esté.

Llevemos estos conceptos al dominio de los INGRESOS [en términos de dinero].

Tenemos nuestro trabajo, lo desarrollamos de manera satisfactoria y con ingresos que nos satisfacen; transitamos la vida laboral en lo que llamamos transparencia.

Nuestro quiebre puede existir si declaramos que esa cantidad de ingresos no es suficiente o no nos satisface o queremos que sea mayor. Otro día hablaremos acerca de otros dominios en cuanto a la satisfacción laboral, pero por hoy sólo tomemos el dominio de los ingresos.

También el quiebre puede aparecer repentinamente ante un despido o desafectación repentina; una enfermedad; una lesión o incapacidad que no nos permite trabajar o más drásticamente el fallecimiento. En estos casos, el hecho ocurre y nuestra interpretación de si es o no un problema económico dependerá de cómo estamos preparados financieramente para afrontarlo.

El retiro puede presentársenos como un quiebre anticipado si nos preocupa la idea de que no sabemos de dónde provendrán los ingresos para poder deja de trabajar. Ya sea porque queremos dejar de hacerlo por puro hastío o para ocupar nuestro tiempo en otras actividades como viajes, investigación, escribir un libro, dedicarnos a los nietos o a lo que nos de placer sin pensar o preocuparnos de dónde vendrán los ingresos.

En la Planificación Financiera Personal, primero y antes de cualquier acción que hagamos para cambiar el estado de las cosas tiene que existir lo que se llama la «declaración de quiebre», es decir, que la persona interesada en cambiar y diseñar su propio futuro financiero, vea cómo están las cosas y cómo estarán de acuerdo a si sigue como está.

Ahora bien… con la «declaración de quiebre» no hacemos nada. Sólo con decir «las cosas no están como yo quiero; o no van a estarlo» no alcanza.

Es a partir de las conversaciones que tengamos de ahí en adelante cómo se abrirán o cerrarán posibilidades.

Rafael Echeverría en su libro Ontología del Lenguaje, distingue diferentes tipos de conversaciones que podemos tener en relación a los quiebres. No vamos a describir -aunque nos encantaría- cada una; sólo las nombraremos utilizando la misma terminología.

Algunos tipos de conversaciones:

1. CONVERSACIÓN DE JUICIOS PERSONALES.

En este tipo de conversación -que puede ser con nosotros mismos o con otras personas- evaluamos las posibilidades. Así podemos quedarnos en la conversación de la queja improductiva; la idea de que la culpa la tiene el estado, la economía, de que «en este país no se puede» o que no se puede confiar en los bancos y entonces, con una explicación nos conformamos y justificamos nuestra inacción.

También, mediante una conversación de este tipo podemos abrir posibilidades pensando en que sí podemos intervenir en el diseño de nuestro propio futuro.

De cualquier forma, mientras nos mantengamos en este tipo de conversaciones no estaremos resolviendo nada.

2. CONVERSACIONES PARA LA COORDINACIÓN DE ACCIONES.

Si -a partir de una conversación personal en la que juzgamos que podemos y queremos hacernos cargo de resolver o intervenir en el quiebre- elegimos tomar cartas en el asunto y emprender acciones concretas, podemos encarar conversaciones para la acción.

Estas son las que tenemos -por ejemplo- con un asesor en planificación financiera para actuar directamente sobre el quiebre. Su objetivo es que algo ocurra. Ese algo que ocurre puede ser el comienzo de la planificación.

En este sentido es importante distinguir las acciones: una cosa es empezar a invertir y otra cosa es empezar a planificar…

3. CONVERSACIÓN PARA POSIBLES ACCIONES.

Este tipo de conversación es la que tenemos cuando no sabemos qué acciones realizar para tratar un quiebre.

Es el tipo de conversación que tenemos con un asesor cuando no sabemos cómo resolver nuestro futuro financiero; cuando no sabemos cuánto tenemos que tener invertido para obtener una renta suficiente; qué interés podemos obtener por nuestros ahorros e inversiones; qué tipo de inversión u opciones tenemos para alcanzar nuestros objetivos y en general, todo lo que conversamos en una reunión de planificación financiera.

4. CONVERSACIÓN PARA POSIBLES CONVERSACIONES.

Este es el tipo de conversación que necesitamos o podemos usar cuando el quiebre es -justamente- no poder hablar del quiebre… ¿Cómo es esto? Cuando tenemos el juicio de que la persona con la cual queremos coordinar acciones o tener una conversación para coordinar acciones no está abierta a ella o no le interesa.

A partir de una conversación de juicios personales de la cual nos decimos: «…con Fulano no se puede hablar» o «…en este país no se puede invertir» o » no hay solución para el retiro y la jubilación digna»; podemos diseñar una conversación para tener posibles conversaciones… En esta conversación, indagamos cuáles son los temores, cuáles son los sentimientos; cuáles son las creencias que están limitando las posibles acciones de resolución.

Recordemos que todas estas conversaciones no se están haciendo cargo de resolver el quiebre. Son las acciones las que resuelven el quiebre…

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«…el pasado es historia, el futuro una posibilidad y el presente una conversación. La cuestión es si la conversación y los compromisos que mantenemos nos están deparando el futuro que queremos o no» Jim Selman

2 Responses to SemanaRAF 43 – 2010

  1. Yanina dice:

    Excelente! Gracias

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  2. Juan Lopez dice:

    hola queria pedirte el trabajo completo. me gusto muchisimo. juanlr04@hotmail.com abrazo gracias!!

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